Las principales
características que una tecnología debe tener para ser social y ambiental mente apropiada:
No causar
daño previsible a las personas ni daño innecesario a las restantes formas de
vida (animales y plantas).
No
comprometer de modo irrecuperable el patrimonio natural de las futuras
generaciones.
Mejorar las
condiciones básicas de vida de todas las personas, independientemente de
su poder adquisitivo.
No ser coercitiva
y respetar los derechos y posibilidades de elección de sus usuarios voluntarios
y de sus sujetos involuntarios.
No tener
efectos generalizados irreversibles, aunque estos parezcan a primera vista ser
beneficiosos o neutros.
La inversión
de los gobiernos en tecnologías apropiadas debe priorizar de modo
absoluto la satisfacción de las necesidades humanas básicas de alimentación,
vestimenta, vivienda, salud, educación, seguridad personal, participación
social, trabajo y transporte.”
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