El Conocimiento es uno de los recursos estratégicos de la
Sociedad de la Información en la que estamos inmersos y la base fundamental de
la futura Sociedad del Conocimiento que queremos alcanzar.
Para poder llegar a ella hemos de ser capaces de adquirir y
utilizar el capital intelectual del que disponemos, pero también es necesario,
y de forma primordial, transferirlo en beneficio de la propia sociedad para
que, además de poder ser utilizado por ella, sea un medio que ayude al
desarrollo, generando a su vez más conocimiento.
Las diversas actividades de gestión del conocimiento, en
particular estas últimas mencionadas de utilización y transferencia, deben
llevarse a cabo con el empleo de todos los medios disponibles que, si bien no
garantizan su consecución, serán instrumentos propicios para apoyarla. Entre
ellos destacan por su adecuación las denominadas Tecnologías de la Información
y Comunicación (TIC), cuyo uso generalizado caracteriza a la mencionada
Sociedad de la Información.
Sabemos que una adecuada gestión del conocimiento contribuye
al crecimiento y a la competitividad y ayuda a la creación de empleo; en
consecuencia, las TIC, como herramientas que facilitan todas las actividades
relacionadas con tal gestión, son también un factor importante para ayudar a
alcanzar objetivos de esta naturaleza.
De esta afirmación se deduce la importancia creciente de
invertir en las TIC, por las grandes ventajas que aportan a las organizaciones
que deciden posicionarse en este sector, así como la demanda de revisar y
actualizar muchos de los enfoques de organizaciones, empresas, etc., si quieren
adaptarse a estos nuevos cambios.
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